miércoles, 5 de diciembre de 2012

Lo que de verdad perjudica la industria editorial


Señores y señoras, la venta de libros ha caído un 20% en losdos últimos años. Una verdad que va por barrios, algunos han crecido (los menos), otros se van manteniendo, y otros han bajado más que ese 20%. Lo cierto es que si, que se venden menos libros.

Ahora, que esto sea fruto de la piratería como se insinúa en este articulo de El Periódico, es, desde mi humilde opinión, una respuesta incorrecta que lo único que hace es que el mundo editorial retrase lo que debería haber hecho hace mucho tiempo ya, replantearse si dada la situación actual no deberían reestructurarse los procesos de producción, distribución y ventas, así como las gestiones de los derechos de los que son propietarios.

Echar las culpas a la piratería como factor principal de esta situación es un análisis pobre y muy lejos de la realidad, y manda una información a la sociedad y a los inversores extranjeros que es negativa y desde luego no es cierta.

Hay piratería, pero desde luego no es el factor principal de esta caída de ventas.

En los últimos años el consumo de todas y cada una de las ofertas culturales ha bajado entre un 20% y un 40%. No solo la asistencia a los cines o la venta de música, que podría también relacionarse con la piratería; la asistencia a espectáculos también ha caído, así como la venta de ropa, zapatos, muebles y coches, Y es que si la gente no tiene trabajo no puede gastar dinero.

Y señores editores, nosotros (aunque para todos nosotros los libros son mucho más que ocio y cultura) no vendemos pan, ni huevos ni leche. Y yo, como padre, si tengo que recortar lo haré de aquellas cosas de las que puedo prescindir, y después recortaré de las que no puedo prescindir, pero que si puedo adquirir de otra manera (sea legal o no). Lo que no haré jamás será dejar de comprar la comida de mi hija, o la ropa que necesita, porque saben una cosa, mi hija crece sin pedir permiso. Jamás dejaremos de leer libros, como muchas otras familias que no han dejado de hacerlo, pero que buscan otras opciones.

Familia leyendo, en una de las salas de lectura patrocinadas por la FIL de Guadalajara


Creo que estas lecturas parciales e intencionadas para aprovechar cada ocasión para criminalizar a los lectores es un flaco favor a nuestra industria, que lo que necesita es que repensemos nuestros modelos de negocio, nuestros procesos de producción y edición y desde luego la calidad de nuestras publicaciones, en vez de criminalizar a los lectores, quejarnos por la desaparición de las subvenciones, y la añoranza de épocas pasadas que no creo que volvamos a vivir, por lo menos no a corto plazo.  

Abrazos pues. 

No hay comentarios: